La actividad de las bacterias del suelo se desarrolla solamente en simbiosis con las raíces de una planta.
[dropcap]L[/dropcap]as bacterias fijadoras del nitrógeno son esenciales para que ocurran los procesos vitales como la putrefacción y la desintegración. Su actividad se desarrolla solamente en simbiosis con una planta.
Bien sabemos que la fertilidad del suelo depende en gran parte de la actividad bacteriana, ya que sin las bacterias no habría descomposición de la materia vegetal y/o animal, ni la consecuente liberación de sustancias químicas simples como nitrato sódico, fosfato de calcio, cloruro sódico, etc.
En la naturaleza se encuentran centenares de especies de bacterias como la de Rhizobia en la imagen. El número de su población en el suelo depende de las condiciones ambientales, del grado de la humedad favorable, de la concentración de hidrógenos, de la temperatura, del alimento disponible y de la aireación.
Se trata de una bacteria que vive en simbiosis mutualista con las leguminosas como frijol, lenteja o garbanzo, los cuales le permiten residir dentro de los nódulos protectores que se encuentran entre sus raíces y están formados por la misma raíz de la planta. La Rhizobia, en reciprocidad, corresponde: abastece a la planta con el nitrógeno.
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Las bacterias fijadoras del nitrógeno se dedican a la tarea de convertir el nitrógeno presente en la atmósfera en compuestos absorbibles por las raíces de las plantas.
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El color rojo brillante del nódulo abierto es el indicador de la presencia de esta bacteria fijadora del nitrógeno atmostérico dentro del nódulo. La formación del nódulo se puede ver en el esquema siguiente.
La constante extracción de sustancias nitrogenadas del suelo por las plantas llevaría al agotamiento de nitrógeno del suelo. Es por eso que la presencia de los microorganismos en el suelo agrícola es tan importante – están reconstruyéndolo de manera continua.
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